La mejor temperatura de conservación para el vino debe rondar los 13°C. Aunque el frigorífico puede ajustar la temperatura, todavía existe una cierta diferencia entre la temperatura real y la temperatura establecida. La diferencia de temperatura puede rondar los 5°C-6°C. Por lo tanto, la temperatura en el frigorífico se encuentra en un estado inestable y fluctuante. Evidentemente, esto es muy desfavorable para la conservación del vino.
Para diversos alimentos (verduras, frutas, embutidos, etc.), un ambiente seco de 4 a 5 grados centígrados en el frigorífico puede evitar en gran medida su deterioro, pero el vino requiere una temperatura de unos 12 grados centígrados y un ambiente de cierta humedad. Para evitar que el corcho seco provoque que se infiltre aire en la botella de vino, provocando que el vino se oxide de antemano y pierda su sabor.
La temperatura interna del frigorífico es demasiado baja y es sólo un aspecto; por otro lado, la temperatura fluctúa mucho. La conservación del vino requiere un ambiente de temperatura constante, el refrigerador se abrirá innumerables veces al día y el cambio de temperatura es mucho mayor que el de la vinoteca.
La vibración es enemiga del vino. Los refrigeradores domésticos comunes utilizan compresores para la refrigeración, por lo que la vibración del cuerpo es inevitable. Además de provocar ruido, la vibración del frigorífico también puede interferir en el envejecimiento del vino.
Por tanto, no se recomienda almacenar vino en el frigorífico doméstico.
Formas eficientes de almacenar vino sin alterar su sabor y composición: desde refrigeradores de vino asequibles y vitrinas con temperatura controlada hasta bodegas subterráneas profesionales, estas opciones satisfacen las demandas de enfriamiento, oscurecimiento y reposo. Basándote en las pautas básicas, podrás hacer tu propia elección según tu presupuesto y espacio disponible.
Hora de publicación: 12 de mayo de 2023