El vodka se elabora a partir de cereales o patatas, se destila para obtener alcohol de hasta 95 grados, y luego se desaliniza a 40 a 60 grados con agua destilada, y se filtra a través de carbón activado para hacer el vino más cristalino, incoloro y ligero y refrescante, haciendo que la gente sienta que no es dulce, amargo o astringente, sino solo un estímulo llameante, formando las características únicas del vodka.